lunes, 15 de agosto de 2011

Soñé que encarnaba en un
duende de mágicos ojos que
yo pinte en sabias de vida con
gusto a miel con sabor a piel. 

cruzé un desierto en un
camello y con un angel me
encontré a mis pies pidiendome
esencias con gusto a amor. 

A cambio de su alma se las dí
algo me hizo sentir rotos
corazones descubrí en aquel
día tan gris. 

Dejé a mi cuerpo
ensangrentado y en una
montaña encontré a mi ser
cubierto de heridas que ya
curaré que ya sanaré. 

Mi dios, siento garrás en mis 
venas qué mágica sensación
descubrí para no romper a mi
corazón.

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